La Leyenda de la Bella Durmiente
En la bella ciudad de Tingo María, se levanta majestuosa “La
Bella Durmiente” como un símbolo al amor. Según la leyenda, “La Bella Durmiente”
era una princesa hermosa llamada Nunash. Cierto día la joven conoció a Cuynac
un mozo guapo y desde entonces, nació entre ellos un gran amor.
Ilusionado el joven, hizo construir en Pachas un bellísimo palacio
para su amada; ahí vivieron felices por muchos años, hasta que apareció el
padre de Nunash.
Extrañamente éste tenía la forma de una serpiente y sólo
pretendía separarlos, porque sentía envidia de la dicha y felicidad de esta
hermosa pareja.
Por eso Cuynac valiéndose de la hechicería, transformó a su
amada en una bella mariposa y él se convirtió en una piedra.
La grácil mariposa voló y voló hasta la selva y anduvo
libando el néctar de las orquídeas y rosales en flor por mucho tiempo, pero un
día recordó el amado perdido y recobró su forma natural.
Regresó, venció al que los separó y se entregó de lleno a
buscar a su gran amor e iba por los caminos sollozando por él. Una noche,
Nunash llegó cansada hasta una enorme piedra y ahí gimiendo y llorando se quedó
dormida.
En sueños escuchó la voz de Cuynac que le decía: Nunash,
amada mía, ya no me busques yo me he transformado en esta piedra, si tú me
amaste y aún me amas, quédate aquí a mi lado para siempre, porque jamás me
volverás a ver.
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